Dennisse Montañez
La comunidad de Mazamitla se encuentra consternada tras la muerte de Agustín Cota Fuentes, un niño de 2 años y 10 meses, quien falleció el 28 de septiembre en un hospital de Guadalajara luego de un accidente ocurrido en el Centro Educativo Mazamitla (CEM), el kínder al que asistía.
El 25 de septiembre, Karla Fuentes, madre del menor, dejó a Agustín en el plantel alrededor de las 9:00 a.m. Apenas dos horas después, recibió una llamada de la directora del kínder informándole que su hijo había dejado de respirar. Al llegar al lugar, Karla encontró a su pequeño siendo atendido por paramédicos; posteriormente, fue trasladado al hospital, donde permaneció intubado hasta perder la vida tres días después.
De acuerdo con el relato de la familia, el accidente ocurrió en una resbaladilla del kínder: los cordones de la chamarra del niño se enredaron en la estructura del juego, provocando que quedara atrapado y pataleando durante más de dos minutos hasta perder el conocimiento. Una compañera del menor comentó que lo vio “dormido” en la resbaladilla, situación que habría retrasado la intervención de los maestros.
La madre de Agustín responsabiliza al personal del plantel por lo que considera una negligencia grave, señalando que no se supervisó adecuadamente al menor ni se actuó con prontitud ante la emergencia. “Ver sufrir a tu hijo y perderlo en un lugar en el que confías es un dolor que nadie debería experimentar”, expresó Karla Fuentes.
Por su parte, las autoridades de Jalisco informaron que se ha iniciado una investigación. La Fiscalía estatal indicó que, de manera preliminar, la muerte se clasifica como un accidente sin indicios de delito. La Secretaría de Educación confirmó que el CEM cuenta con todos los permisos vigentes y que no se han detectado irregularidades en su funcionamiento.
En paralelo, la Unidad Estatal de Protección Civil realiza inspecciones en el plantel para determinar si se cumplieron los protocolos de seguridad, incluyendo la capacitación del personal en primeros auxilios y la correcta supervisión de los juegos infantiles.
En respuesta a la tragedia, vecinos y familiares del menor han convocado una marcha para exigir justicia, la reapertura del caso y la clarificación de responsabilidades, buscando que se implementen medidas que eviten que otros niños sufran accidentes similares en centros educativos.
