Dennisse Montañez
Fernando, un niño de cinco años, fue hallado sin vida dentro de un costal en una vivienda de la colonia Ejidal El Pino, en Los Reyes La Paz, Estado de México, tras haber sido retenido por presuntos prestamistas como "garantía" del pago de una deuda de tan solo mil pesos que su madre y padrastro no lograron cubrir.
El caso comenzó el 28 de julio, cuando una pareja de prestamistas, acompañada de su hija, acudió al domicilio del menor para exigir el pago. Al no recibir el dinero, se llevaron al niño con la promesa de devolverlo una vez saldada la deuda.
"La señora les dijo que no contaba con esa cantidad en ese momento, por lo que decidieron llevarse al niño como garantía", relataron vecinos.
Durante varios días, la madre intentó recuperarlo. Incluso acudió a la vivienda donde lo retenían, pero le impidieron el acceso. Ante la negativa reiterada, denunció los hechos primero ante el gobierno local y luego ante la Fiscalía General de Justicia del Estado de México, que abrió una carpeta de investigación por privación ilegal de la libertad. Sin embargo, la reacción institucional fue lenta.
No fue sino hasta el 4 de agosto, tras una creciente presión social, que policías municipales ingresaron al inmueble. El fuerte olor dentro del lugar los condujo hasta una habitación donde encontraron el cuerpo sin vida de Fernando, envuelto en bolsas y metido en un costal.
Elementos del Servicio Médico Forense realizaron el levantamiento del cadáver, mientras que la Fiscalía aseguró toda la vivienda, impidiendo también el ingreso a otras familias que habitan el predio. "Se supone que solo debieron sellar la mitad donde fue el problema", reclamó uno de los inquilinos, quien pidió al menos recuperar sus pertenencias.
Hasta el momento, tres personas dos adultos mayores y una joven han sido detenidas por su presunta participación en el crimen. Mientras tanto, la comunidad exige justicia y cuestiona la falta de acción oportuna por parte de las autoridades.
Fernando vivía en condiciones de extrema pobreza y, según vecinos, era víctima de maltrato en su propio hogar. Karen Reséndiz, una residente de la zona, denunció que el niño sufría violencia por parte de su padrastro, quien lo golpeaba y lo dejaba sin comer.
“El niño venía a pedirnos un taco. A veces se robaba comida y la escondía. Su vida ya era difícil antes de esto”, relató.
A pesar de múltiples reportes al DIF y otras autoridades, incluidos antecedentes de violencia familiar, el caso fue ignorado.
"Fernando buscaba comida entre los vecinos, su padrastro lo maltrataba", reiteró Reséndiz.
La alcaldesa Martha Guerrero Sánchez expresó su indignación:
“Como alcaldesa, pero sobre todo como madre, me uno al dolor que esto ha causado en nuestra comunidad.”