Las autoridades mexicanas han encontrado a los cuatro ciudadanos estadounidenses desaparecidos el viernes en Matamoros, Tamaulipas. Dos están muertos, otro malherido y un cuarto en buen estado. El gobernador de Tamaulipas, Américo Villarreal, ha dado la noticia a través de una llamada telefónica en la conferencia de prensa matutina del presidente, Andrés Manuel López Obrador. La secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, ha informado de que hay un detenido.
Este lunes, la Casa Blanca se había referido al asunto, calificándolo de inaceptable. El domingo, además, el FBI había divulgado un comunicado, en el que ofrecía una recompensa de 50.000 dólares por pistas que pudieran llevar a su paradero.
El Fiscal de Tamaulipas ha informado de que los dos supervivientes han sido entregados al FBI en el puente internacional que une Matamoros con Brownsville, Texas. Una fuente cercana a la dependencia confirma que se trata de una mujer, Latavia McGee y un hombre, Eric James Willliams. Las familias de los otros dos deberán aguardar. La fuente explica que en su caso “debe seguirse el protocolo de repatriación de cuerpos”. Los dos supervivientes han sido trasladados a un hospital en Texas, informa la agencia AP.
En conferencia de prensa en Ciudad de México pasado el mediodía, el gobernador Villarreal ha informado de que los cautivos fueron rescatados en una caseta de madera, a las afueras de Matamoros, cerca de Playa Bagdad. La persona detenida estaba en la caseta, dando vigilancia. Villarreal ha añadido que durante estos días, los captores movieron a las víctimas de lugar, e incluso las llevaron a una clínica, para despistar.
Medios de Estados Unidos han informado estos días, citando a antiguos agentes de corporaciones de seguridad del país, que los criminales detrás del ataque y el secuestro serían parte del grupo Escorpión, una de las facciones del Cartel del Golfo. Las autoridades mexicanas no han informado al respecto. Matamoros ha sido la cuna del Cartel del Golfo desde su fundación. Diferentes escisiones, como Los Zetas, hace ya más de 15 años, se hicieron fuertes en otros puntos de la geografía fronteriza de Tamaulipas, como es el caso de Nuevo Laredo.
Con información de Reforma y El País.