María Fernanda Ocelotl
Este lunes 15 de mayo, en México se conmemora el Día del Maestro, quizá una de las profesiones más nobles, pues son ellos quienes se encargan de enseñar, educar y formar a los niños y niñas que habrán de constituir los futuros pilares de nuestra sociedad.
Sin duda, su labor no es fácil; recientemente, como millones de personas en todo el mundo, se han tenido que enfrentar a la pandemia de Covid-19, la cual modificó su tradicional esquema de trabajo, teniéndose que adaptar a nuevas formas de ejercer su profesión, y a las herramientas que tenían disponibles.
Ante este reto, los profesores han demostrado su vocación y dedicación hacia con sus alumnos y su trabajo, pues mantener el vínculo y motivarlos no fue tarea fácil.
Pero este día no hay que olvidar tampoco a quienes se encargan de la enseñanza en las comunidades rurales, donde se enfrentan a carencias y jornadas de trabajo extenuantes y también a las necesidades, dificultades, y aspectos personales que presentan los propios alumnos; sin embargo, es esta vocación y humanismo, es lo que permite la formación de personas capaces de incorporarse a la sociedad mediante el saber.
Educar también es estar en constante aprendizaje y transmitir esos conocimientos, saberes y cultura, lo que lleva a los jóvenes a procesar esta información para formar una personalidad, pero también ser críticos del mundo que los rodea, es por ello que no se debe dejar de destacar su trabajo que fomenta la formación de personas conscientes de sus derechos y obligaciones.
Felicidades a todos los maestros y maestras, y que esta fecha sirva para revalorar y dignificar una de las profesiones más nobles, pero sobre todo, necesarias, que es la de educar.