Valentín Gorostieta es un hombre de 64 años de edad, de los cuales 40 ha vivido en la colonia Los Pilares en Cuernavaca que sufrió el derrumbe de un paredón el 14 de septiembre del 2022 dejando como saldo dos mujeres muertas, tres lesionados entre ellos un recién nacido y varias casas dañadas.
Han pasado 11 meses desde que ocurrió el derrumbe sin que hasta el momento las autoridades municipales hayan hecho alguna acción para evitar riesgos, un acordonamiento y el retiro de cuerpos del panteón de la Paz a fin de evitar que esta zona del camposanto colapse por el peso de las tumbas y el reblandecimiento de la tierra.
Don Valentín recuerda que no ha sido el único derrumbe, ya es el tercero; hace 19 años la tierra se reblandeció y las rocas cayeron atrás del patio de su casa que no sufrió daños, pero si un gran susto, a pesar de eso no abandonó en aquel momento ni lo hará ahora lo que él llama su hogar.
“Desgraciadamente aquí nos tocó vivir y hoy con 64 años no tengo a donde ir, así que solo me queda confiar en la buena voluntad de Dios que nos proteja a todos quienes aquí vivimos y bueno aún y cuando mi vivienda no sufrió grandes daños no me voy a salir de aquí porque no tengo a donde ir ni mucho menos dinero ni edad para volver a empezar”.
Los vecinos en general se niegan abandonar sus casas pese al anuncio de evacuación de Protección Civil municipal que solo se ha limitado a notificar que tienen que abandonar la zona de riesgo y a delimitar el área de peligro; además de la exhumación de varios cuerpos del panteón de la Paz para aligerar la carga del talud.
Para salvaguardar la vida de quienes ahí viven se habilitó la ayudantía de Chipitlán como zona de albergue, sin embargo, esta permanece vacía debido a que los vecinos se niegan a abandonar sus casas a pesar de vivir en riesgo las 24 horas del día.
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