Angelina Albarrán
El colectivo de buscadoras de Tetelcingo y Jojutla, en voz de Amalia Hernández, denunció que se siguen cometiendo una serie de irregularidades en las exhumaciones que se llevan a cabo en el Panteón Pedro Amaro de Jojutla, donde se han rescatado varios restos óseos que no fueron fijados y que se enviaron a criba. Estos restos podrían pertenecer a una tumba delimitada en 2017 que, según la fiscalía, solo se trata de un memorial, pero también podría ser un caso similar al que vivieron cuando el cuerpo de su sobrino, Oliver Wenceslao, aunque fue identificado, fue depositado en la fosa común de Tetelcingo.
Recordó cómo las autoridades responsables de la procuración de justicia pretendían que el cuerpo de su sobrino permaneciera allí y que los familiares solo pudieran llevarle flores. Fue únicamente gracias a su exigencia de que les entregaran el cuerpo, que se evidenció la forma de trabajo que había tenido la fiscalía. Ahora, en Jojutla, donde se está interviniendo una nueva sección, no se está fijando el lugar exacto donde se encuentran los restos óseos y además, pretendían tirar una botella que contenía el registro de una carpeta de investigación.
Denunció que desde 2017 se tomaron varios acuerdos, entre ellos que la fiscalía diera a conocer la ubicación de las fosas comunes, y hasta la fecha no ha cumplido con ello.
Lamentó que sigan cometiendo estos errores.