En el marco de la celebración del mes del “Orgullo Gay”, Isidro Añorve Sánchez, activista de la comunidad LGBTQ+ y director de la diversidad sexual del Ayuntamiento de Cuernavaca denunció que siguen los tratamientos para modificar la orientación sexual o la identidad de género de las personas LGTBIQ+ que van desde técnicas de 'electroshock' o exorcismos a internamientos forzados en clínicas o consultas de psicoterapia.
Todas ellas señala Añorve Sánchez basadas “en la patologización” de la homosexualidad y la transexualidad, lo que significa un daño psicológico y físico irreversible para quien es víctima dice de este tipo de prácticas.
“Hay varias clínicas de reconversión en Cuernavaca, Jiutepec, Tetecala y en Miacatlan, que además operan como centros religiosos y se van moviendo de zona una vez que son detectadas; otras operan como retiros espirituales organizados por diversas iglesias con la anuencia de padres de familia”.
Las terapias de conversión que adoptan estas técnicas, llamadas indistintamente 'terapias de conversión' o 'reparativas', señala Isidro Añorve son contrarias a los estándares médicos actuales, “se siguen aplicando este tipo de prácticas” que son “ineficaces y crueles” y llevan a muchas personas “a vidas miserables y de autodesprecio” con “extremas consecuencias”.
Entre ellas, están las terapias de aversión, que consisten en exponer a la persona a un estimulo (frecuentemente, imágenes eróticas de personas de su mismo sexo) al tiempo que se le hace experimentar una sensación dolorosa o desagradable para acabar rechazando el estímulo. En ellas se incluyen los “electroshock” que son los más crueles, concluyó el activista al exhortar a los y las afectados a denunciar este tipo de prácticas que aunque están prohibidas por ley se siguen poniendo en práctica con resultados negativos.