Ángel, un joven que se dedicaba a la albañilería de 31 años originario del poblado de Chamilpa, desapareció el 28 de agosto de 2022 en Cuautla, tras ser privado de la libertad por un grupo de hombres armados. Desde entonces, su familia no ha dejado de buscarlo.
Ángel trabajaba en Cuautla, lejos de su esposa Ana Laura Hernández y de su hijo Diego, de 12 años, así como de su madre, Patricia García Navarro, con quienes mantenía comunicación constante. Sin embargo, aquel domingo su vida y la de su familia cambió para siempre.
De acuerdo con los testimonios, Ángel acudió la noche anterior con dos compañeros de trabajo a un bar en Cuautla. A la salida, él y otro de sus acompañantes fueron obligados a subir a un vehículo. Videos de seguridad muestran cómo fue llevado casi a rastras, aparentemente inconsciente, hasta una camioneta blanca con logotipos en la parte trasera.
Horas después, uno de los hombres que lo acompañaban apareció golpeado en un paraje de la región oriente, pero de Ángel no se volvió a saber nada.
“Se observa que ellos están en un bar sentados, pero había otro chalán que iba de mesa en mesa. Curiosamente a él también lo suben a la camioneta y después lo sueltan, mientras que de mi hijo no se volvió a saber”, relató Patricia García, madre del desaparecido.
A tres años de la desaparición, la familia de Ángel sigue viviendo con miedo y tristeza, pero mantiene la esperanza de reencontrarse con él. “Todos los días espero saber algo de mi hijo y llega la noche y nada. La salud se deteriora, la vida cambia, duele hasta la indiferencia de la gente”, expresó Patricia.
Con lágrimas, recuerda que su hijo solo cometió el error de no regresar a casa aquella noche: “Todos tenemos derecho a divertirnos, pero nadie tiene el derecho de privarnos de la libertad ni de la vida”.
Los días se han vuelto pesados para su familia, que continúa aferrada a la esperanza de que Ángel regrese a casa.