Nancy Franco
El próximo cierre de la planta Nissan, ubicada en la zona industrial de Civac, ha generado preocupación entre comerciantes, tanto ambulantes como establecidos, sobre la avenida Centenario, quienes anticipan una fuerte disminución en sus ventas diarias.
Uno de los sectores que ya comienza a resentir el impacto es el de las panaderías. Empleados de una panadería cercana señalaron que, el pasado miércoles, cuando los trabajadores de Nissan no laboraron, las ventas cayeron cerca de un 60 por ciento. “Desde temprano sentimos la ausencia, no hubo el movimiento habitual”, comentó uno de los encargados.
Sin embargo, no todos los vendedores creen que se verán afectados. Jóvenes que venden tortas, jugos y cócteles de frutas en la vía pública afirmaron que sus principales clientes no son necesariamente empleados de la planta automotriz. “La mayoría de nuestros clientes son peatones, personas que trabajan en otros lados o incluso estudiantes. Cuando regresan a clases, nos compran mucho los papás y los niños”, mencionaron.
La fonda “Sí Pues”, por el contrario, sí prevé un golpe importante a sus ingresos. Una de las trabajadoras comentó que el negocio realiza alrededor de 50 pedidos diarios para empleados de Nissan. “Una vez que cierre la empresa, perderemos ese ingreso fijo", expresó.
Una librería cercana también manifestó su preocupación. Si bien su clientela es variada, varios de sus clientes frecuentes eran trabajadores de la planta que compraban útiles escolares para sus hijos o artículos de papelería.
Por su parte, la señora que vende tamales desde temprano en la misma avenida consideró que el impacto en su negocio será mínimo.
El cierre de Nissan no solo representa una pérdida de empleos directos, sino que también amenaza la economía de pequeños comerciantes que dependen del flujo constante de trabajadores en la zona.