En el camellón de la avenida Alta Tensión, en la colonia Lomas de la Selva de Cuernavaca, un hombre de 45 años, conocido como Joaquín, ha hecho de un árbol su hogar.
Según Víctor Manuel Díaz Delgado, un vendedor de dulces que frecuenta la zona, Joaquín llegó hace unos cinco años y acondicionó el lugar para vivir en la copa del árbol.
Sin embargo, durante la temporada de lluvias, Joaquín se traslada a la Ciudad de México debido al riesgo que representan las tormentas eléctricas. “Él sabe que es un peligro y prefiere irse para evitar problemas”, relata Víctor.
A pesar de sus problemas de adicción, Joaquín es un hombre tranquilo que se dedica a hacer malabares para ganarse unas monedas. De acuerdo con Víctor, utiliza el dinero para comprar sustancias, comida y ropa.
Al pie del árbol puede verse ropa de todo tipo, húmeda por las lluvias recientes, mientras que en las ramas cuelgan un viejo colchón y cobijas que le sirven para cubrirse durante las noches frías.
Aunque no tiene familia biológica, sus amigos lo consideran parte de la suya. “Sabemos que no tiene familia, pero las dificultades de la calle y cómo las enfrentamos nos hacen sentir como tal”, comenta Víctor.
Aunque Joaquín se encuentra ausente en este momento, sus amigos lo esperan con ansias, sabiendo que pronto regresará a su hogar en el árbol.