Con flores, escobas y cubetas, los ciudadanos llegaron a limpiar y decorar las lápidas de sus seres queridos. Algunos solo dejan en las tumbas ramos de flores en su memoria.
Algunos hijos o nietos, como el caso de María Cristina Díaz Sánchez, llegaron hasta el "Panteón de La Paz", al sur de la ciudad, donde permaneció en silencio con los ojos llorosos frente a la tumba de su abuelita, María del Socorro Sánchez, a quien recuerda como una mujer que logró unir a la familia, algo que hoy en día ya no sucede, y menos aún por la pérdida de su madre, María Cristina Sánchez Reyes, quien el año pasado todavía la acompañó a dejar flores. Sin embargo, ahora sus restos descansan en una urna en la catedral.
María Cristina compartió que la mejor forma de recordar a su madre y a su abuela era cuando estaban vivas, recibiendo sus abrazos y escuchando sus consejos. Por ello, exhortó a las familias a amar sin condiciones a su "mamacita".