Dennisse Montañez
El pasado 19 de enero de 2025, un trágico hecho conmocionó a la comunidad de Culiacán, Sinaloa. Antonio de Jesús Sarmiento Ruiz, de 40 años, y sus dos hijos, Gael, de 12 años, y Alexander, de 9 años, fueron asesinados en un intento de robo de su vehículo. El ataque ocurrió en los primeros minutos de la mañana, cuando el padre y sus hijos fueron sorprendidos por los delincuentes. Antonio de Jesús falleció en el lugar, mientras que los niños fueron trasladados de urgencia a un hospital, donde también perdieron la vida.
El crimen ha provocado una ola de indignación en Sinaloa, un estado que ha sido escenario de crecientes actos de violencia en los últimos meses debido a enfrentamientos entre facciones del cártel de Sinaloa. La noticia del asesinato de esta familia ha dejado a los ciudadanos en shock, especialmente porque las víctimas eran una familia inocente, sin vínculos con el crimen organizado.
Este jueves 23 de enero, miles de personas se manifestaron en las calles de Culiacán exigiendo justicia para la familia Sarmiento.
Los manifestantes llegaron al Palacio de Gobierno exigiendo ser atendidos por el gobernador Rubén Rocha Moya. Ante la falta de respuesta, la multitud, visiblemente molesta, reventó las puertas principales y subió para intentar hablar directamente con el mandatario. Los estragos de la marcha eran evidentes: puertas y oficinas destruidas dentro del Palacio, reflejando el profundo hartazgo de la sociedad ante la falta de acción efectiva por parte de las autoridades. Los ciudadanos clamaban por justicia y por el regreso de la paz a Culiacán, pidiendo que los niños, como las víctimas más inocentes, no se vean atrapados en una guerra que no les corresponde. En las paredes, se colocaron cartulinas con mensajes de enojo hacia el gobernador, exigiendo ser escuchados y solicitando el fin de la violencia. A pesar de los destrozos y la creciente indignación, Rocha Moya no salió a atender a los manifestantes, lo que aumentó el malestar entre los presentes.
Antonio de Jesús, un hombre conocido en la comunidad, se encontraba en su vehículo con sus hijos cuando los asaltantes lo atacaron. Los delincuentes, al parecer, intentaban robarle el automóvil, pero el crimen fue mucho más allá, cobrando la vida de toda la familia. Este caso resalta la inseguridad que enfrenta el estado, sumido en una espiral de violencia que afecta a todos los niveles de la sociedad.
La Fiscalía General del Estado de Sinaloa ha abierto una investigación para esclarecer los hechos y dar con los responsables. Se ha informado que, debido a la gravedad del crimen, las autoridades han intensificado la presencia policial en la ciudad. Se han establecido medidas de seguridad adicionales, aunque la comunidad sigue temerosa de que los ataques continúen.
El caso de la familia Sarmiento ha generado una profunda reflexión sobre la situación de violencia en Sinaloa, un estado que lucha contra la impunidad y la guerra entre grupos criminales. La tragedia ha dejado un vacío en la comunidad, que sigue esperando justicia mientras se enfrenta a un panorama de creciente inseguridad.
“Ya no podemos salir, nos da miedo” Eduardo, un niño de 10 años, reclama al gobierno de Sinaloa porque no hace nada contra la inseguridad. Expresa que le da coraje que ya no puede salir.
"Atacaron lo que más amamos, que son los niños, y nos duele profundamente", expresó Víctor Manuel Aispuro, director de la Primaria Sócrates, donde Alexander estudiaba y Gael se graduó. Ambos menores, junto con su papá, perdieron la vida tras ser atacados a balazos en Culiacán.
Al respecto del asesinato de Gael, Alexander y su padre Antonio de Jesús, la Presidenta Claudia Sheinbaum, expresó su solidaridad con la familia de los pequeños, informó que que ordenó a Rosa Icela Rodríguez, Secretaria de Gobernación contactar a la familia.