Angelina Albarrán.-
El guerrillero argentino-cubano se ha convertido en uno de los iconos más famosos del mundo. Su rostro es sinónimo de rebeldía, especialmente entre los jóvenes. A pesar de los intentos de comercializar su figura y convertirlo tan solo en una remera o camiseta publicitaria, el Che, su vida y pensamiento, traspasó todas las fronteras.
El 9 de octubre de 1967 era ejecutado Ernesto Che Guevara en el poblado boliviano de La Higuera.
Siendo aún un estudiante universitario, decidió primero dedicar su vida a enfrentar la pobreza y la explotación y luego, darlo todo en la lucha contra el imperialismo y por construir el socialismo. Con su asesinato también nacía el mito del guerrillero heroico que inspiró la lucha de varias generaciones y aún perdura ya bien entrado el siglo XXI.
La historia de su último combate ya es sumamente conocida. Quedaron solamente 17 sobrevivientes que intentaban romper el cerco enemigo. El 7 de octubre comenzaron a bajar hacia el río. Esa noche Ernesto Guevara hizo la última anotación en su diario.
Ernesto Che Guevara escribió sus últimas anotaciones en su diario el 7 de octubre de 1967. Al día siguiente fue capturado. El diario contenía anotaciones sobre la guerra, como el registro del primer combate en Bolivia, y comentarios sobre sus camaradas y personajes políticos.
En la última página, Guevara comienza diciendo: “Se cumplió 11 meses de nuestra inauguración guerrillera sin complicaciones”, ese sería su último registro. El día 8 de octubre fue capturado y al día siguiente, fusilado por el ejército. Esa página del 8 de octubre está en blanco, solo se interrumpe con las letras y los números impresos de la agenda, que sin el trazo del “Che” se vuelven repetitivos y sin pulso. En el margen superior derecho de la correspondiente al día 9, está escrito a mano el 152 que sería el número de página.