Alejandro Garduño.
Hay partidos que se recuerdan por el marcador, otros por las emociones y unos pocos (los verdaderamente especiales) por ambas cosas. El duelo entre Toluca y Monterrey en la Jornada 10 del Apertura 2025 entra directo en la categoría de “coleccionables”, de esos que se comentan en las cenas familiares, se repasan en videos cortos y se convierten en referencia durante meses.

El campeón Toluca no solo cumplió, arrasó. Y lo hizo frente a un rival que llegaba con la etiqueta de líder, con la nómina más cara y con la siempre pesada presión de representar al “equipo regio” en la Liga MX. El resultado final, un 6-2 rotundo, no solo le arrebató la cima a Rayados, sino que también encendió una alarma en Monterrey: las “estrellitas” no siempre brillan en noches de tormenta.
Primer tiempo con sabor a historia
El inicio fue todo lo que se esperaba: intensidad, emociones y gol temprano. Berterame adelantó a los del norte tras un error de Hugo González, y unos minutos después Sergio Ramos desperdició un penal con un fallido cobro a lo Panenka. Ahí comenzó a cambiar la historia: la Bombonera, que se había quedado helada con el gol regio, explotó con la remontada escarlata.
Ángulo, Vega, Paulinho y Nico Castro se turnaron para firmar un festival ofensivo que tuvo de todo: cabezazos, triangulaciones y golazos. El 4-2 con el que terminó la primera mitad ya era suficiente para que los aficionados lo etiquetaran como “partido de la temporada”.
El infierno continuó
Lejos de administrar la ventaja, Toluca salió en el segundo tiempo como si estuviera 0-0. Paulinho completó su triplete con una facilidad que recordó sus mejores noches de goleo, y Nico Castro selló el marcador con el sexto tanto. En ese punto, Monterrey ya no jugaba contra Toluca, jugaba contra el peso de su propia frustración.

Martial en la mira
Y si hablamos de frustración, hay un nombre que no se salvó: Anthony Martial. El fichaje bomba, el delantero francés que llegó para ser referente, terminó convertido en tendencia, pero no por sus goles. La afición lo señaló directamente: “Ya basta de contratar estrellitas”. No fue el único criticado, claro, Sergio Ramos, Canales y Ocampos también cargaron con reproches, pero Martial fue el rostro de la decepción.
Para un jugador que viene de la élite europea, el reto no es solo adaptarse al ritmo de la Liga MX, sino convencer a una afición que exige goles, entrega y personalidad. De lo contrario, lo que debería ser un gran fichaje se convertirá en un costoso recuerdo.

Rayados, ¿golpe de realidad?
Más allá de los nombres propios, lo cierto es que Monterrey mostró grietas tácticas y emocionales. El equipo se desdibujó en momentos clave y pareció confiar demasiado en que la calidad individual solucionaría el partido. Toluca demostró lo contrario: colectividad, hambre y contundencia.
En resumen: el campeón no solo defendió su corona, la reforzó con autoridad. Y Monterrey, con su lujosa plantilla, salió del infierno con un recordatorio: en la Liga MX no gana quien más invierte, sino quien más compite.