El 2 de enero de 2025, astrónomos del Centro de Planetas Menores anunciaron el descubrimiento de un objeto cercano a la Tierra, inicialmente identificado como el asteroide 2018 CN41. Este objeto fue clasificado como un NEO (Objeto Cercano a la Tierra) debido a su proximidad y potencial riesgo de colisión. Sin embargo, tras análisis detallados, se determinó que el supuesto asteroide era en realidad el Tesla Roadster que Elon Musk, CEO de SpaceX, lanzó al espacio en 2018 como parte de una campaña publicitaria.
El Tesla, conducido por el maniquí "Starman", fue enviado al espacio a bordo del cohete Falcon Heavy en febrero de 2018. Desde entonces, ha estado orbitando el Sol en una trayectoria que lo acerca periódicamente a la Tierra. La confusión surgió debido a la creciente cantidad de objetos en el espacio, incluidos satélites y basura espacial, lo que dificulta la identificación precisa de cada uno. Astrónomos profesionales y aficionados colaboraron para corregir rápidamente el error de identificación.
Julia de León, investigadora del Instituto de Astrofísica de Canarias, señaló la necesidad de mejorar los métodos de seguimiento e identificación de objetos espaciales para evitar confusiones similares en el futuro. "La creciente cantidad de objetos en órbita, tanto funcionales como desechos, representa un desafío para la comunidad astronómica. Es esencial desarrollar técnicas más avanzadas para monitorear y catalogar estos objetos", afirmó.
Este incidente pone de relieve la importancia de establecer regulaciones claras sobre el tráfico espacial y la gestión de desechos en el espacio profundo. Con el aumento de lanzamientos y la proliferación de satélites, la comunidad internacional enfrenta el desafío de garantizar la sostenibilidad y seguridad de las actividades espaciales.
El Tesla Roadster continúa su viaje por el espacio, sirviendo como un recordatorio de las innovaciones y desafíos que acompañan a la exploración espacial en el siglo XXI.