Hace cinco años, el 11 de marzo de 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró oficialmente al COVID-19 como una pandemia global. El anuncio se dio tras el alarmante aumento de casos y la propagación del virus a nivel mundial.
Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, expresó en ese momento su preocupación por la rapidez del contagio y la falta de respuesta en muchos países. "Estamos profundamente preocupados tanto por los alarmantes niveles de propagación y gravedad, como por los niveles de inacción", declaró.
El COVID-19, detectado inicialmente en Wuhan, China, ya había infectado a más de 118,000 personas en 114 países y provocado al menos 4,300 muertes en el momento de la declaración. La OMS advirtió que el número de casos y decesos podría aumentar rápidamente si no se adoptaban medidas inmediatas para frenar la propagación del virus.
"Pandemia no es una palabra que debamos usar a la ligera o de manera irresponsable. Es una palabra que, si se usa incorrectamente, puede causar miedo o una aceptación injustificada de que la batalla está perdida, lo cual no es cierto", afirmó Ghebreyesus.
Tras la declaración, la OMS hizo un llamado a los gobiernos para reforzar las medidas sanitarias y garantizar el acceso a servicios médicos y pruebas diagnósticas. También pidió a la ciudadanía seguir las recomendaciones de higiene, distanciamiento social y uso de mascarilla para reducir la propagación del virus.
Cinco años después, el mundo ha enfrentado múltiples retos derivados de la pandemia, pero el anuncio de la OMS marcó un punto clave en la respuesta global ante la crisis sanitaria.