El pasado domingo, el Museo del Louvre en París sufrió un robo considerado como el del “siglo” por medios franceses, donde ocho joyas de la corona francesa, valoradas en 88 millones de euros, fueron sustraídas de la Galería de Apolo. La fiscal Laure Beccuau informó que las investigaciones avanzan y que al menos cuatro personas están identificadas como sospechosas. Además, no se descarta la participación de alguien dentro del museo que haya facilitado el asalto.
Beccuau explicó que los ladrones jamás obtendrán el valor total de las piezas si intentan fundir o desmontar los objetos, ya que están altamente protegidos y su reventa es prácticamente imposible. El robo generó una ola de críticas hacia la dirección del Louvre y el Ministerio de Cultura por la falta de medidas de seguridad suficientes en uno de los museos más emblemáticos del mundo.
Tras el incidente, el Louvre reabrió parcialmente, permitiendo que algunos turistas ingresaran al museo y visitaran sus salas, aunque muchos otros se quedaron sin poder recorrerlo durante tres días. Los visitantes que lograron entrar destacaron sentirse afortunados y expresaron que el robo no empaña la experiencia de conocer esta institución histórica.
El robo ha generado una intensa cobertura mediática y mantiene en alerta a las autoridades francesas, quienes continúan con la búsqueda de los responsables y la recuperación de las valiosas joyas de la corona, mientras refuerzan la seguridad del museo para evitar incidentes similares en el futuro.
