En un acto de extrema brutalidad, al menos 163 mujeres fueron violadas y posteriormente quemadas vivas en Goma, capital de la provincia de Kivu del Norte, tras la reciente toma de la ciudad por parte del grupo rebelde M23. Este trágico suceso ocurrió durante la fuga masiva de una cárcel local, facilitada por los insurgentes.
Según informes preliminares, el M23 asaltó la prisión central de Goma, liberando a cientos de reclusos. En medio del caos, las mujeres detenidas fueron sometidas a agresiones sexuales y posteriormente incineradas, en un acto que ha sido condenado enérgicamente por organizaciones de derechos humanos y la comunidad internacional.
La República Democrática del Congo ha sido escenario de conflictos armados durante décadas, con la violencia sexual utilizada sistemáticamente como arma de guerra. Sin embargo, la magnitud y crueldad de este reciente ataque han generado una indignación sin precedentes.
Las autoridades locales y organismos internacionales han iniciado investigaciones para identificar a los responsables y llevarlos ante la justicia. Asimismo, se están coordinando esfuerzos para brindar apoyo médico y psicológico a las sobrevivientes y a las comunidades afectadas.
Este trágico episodio pone de relieve la urgente necesidad de fortalecer las medidas de protección para las mujeres en zonas de conflicto y de implementar estrategias efectivas para prevenir la violencia de género en contextos de guerra.