a
​​

La Falla de San Andrés: una amenaza sísmica latente en California

A casi 119 años del gran terremoto de San Francisco: una advertencia que sigue vigente
Dennisse Montañez


La Falla de San Andrés, una fractura monumental en la corteza terrestre, atraviesa la costa oeste de Estados Unidos, marcando un límite natural entre la Placa del Pacífico y la Placa Norteamericana. Con una extensión de más de 1,300 kilómetros, se extiende desde el norte de California hasta el norte de México, dejando una huella profunda en el paisaje geológico y en la historia sísmica de la región.

Un origen que remonta millones de años

La Falla de San Andrés no es un fenómeno reciente; su origen se remonta a aproximadamente 30 millones de años, cuando la Placa de Farallón comenzó a desaparecer al ser subducida bajo la Placa Norteamericana. Este proceso permitió que las placas restantes, la del Pacífico y la Norteamericana, comenzaran a deslizarse lateralmente una respecto a la otra, generando la conocida falla transformante. A lo largo del tiempo, esta zona de fricción entre las placas dio lugar a la Falla de San Andrés tal como la conocemos hoy.

Paneles de izquierda a derecha:

Hace 30 millones de años

  • Placa de Farallón subduciéndose bajo la Placa de América del Norte.
  • Placa del Pacífico al oeste.
  • Trincheras y zonas de subducción marcadas.

Hace 20 millones de años

  • La Placa de Farallón se fragmenta, formando la Placa de Juan de Fuca y la Placa de Cocos.
  • Aparece la unión triple Mendocino (M) y Rivera (R).
  • Comienza a formarse la falla de San Andrés.

Hace 10 millones de años

  • Las placas del Pacífico y América del Norte se deslizan una junto a la otra a lo largo de la Falla de San Andrés.
  • Las placas de Juan de Fuca, Cocos y Rivera siguen subduciéndose.

Presente

  • Continúa el movimiento transformante entre las placas del Pacífico y América del Norte a lo largo de la Falla de San Andrés.
  • Las placas de Juan de Fuca y Rivera siguen existiendo como restos de la antigua Placa de Farallón.
  • Movimiento lateral a lo largo de la falla con dirección norte para la Placa del Pacífico.

Un sistema tectónico complejo

Contrario a la imagen de una simple grieta, la Falla de San Andrés es en realidad un complejo sistema de fallas interconectadas. Además de la principal Falla de San Andrés, existen otras estructuras tectónicas secundarias de gran importancia sísmica, como la Falla de San Jacinto y la Falla de Hayward, que atraviesan diversas regiones de California. Este sistema de fallas entrelazadas se ha movido a lo largo de millones de años, desplazando grandes masas de tierra y alterando el paisaje de la región. Algunas secciones de la falla han causado desplazamientos de hasta 300 kilómetros.

Movimiento constante, riesgo permanente

Cada año, las placas tectónicas se desplazan entre 2.5 y 5 centímetros a lo largo de la Falla de San Andrés, acumulando tensión en sus bordes. Este movimiento, aunque imperceptible a simple vista, tiene consecuencias sísmicas significativas. De hecho, las fallas activas de la región están en constante tensión, lo que podría dar lugar a eventos sísmicos impredecibles y devastadores.

A pesar de que algunas áreas de la falla, especialmente en el sur, no han liberado energía en más de 150 años, lo que genera preocupación sobre la acumulación de tensión, los científicos han logrado modelar ciertos riesgos. Se estima que existe una alta probabilidad de que se produzca un gran terremoto en las próximas décadas, conocido como "El Big One". Este evento sísmico, de magnitud superior a 7.8, podría afectar gravemente a ciudades como Los Ángeles, San Bernardino y otras áreas densamente pobladas.

El impacto histórico y la importancia de la vigilancia

La Falla de San Andrés no solo ha sido responsable de grandes terremotos en la historia, sino que ha modelado la evolución de la costa oeste estadounidense. El famoso terremoto de San Francisco de 1906, de magnitud 7.9, devastó la ciudad y es uno de los eventos sísmicos más recordados en la historia de Estados Unidos. Sin embargo, la última gran ruptura en la falla ocurrió en 1857, lo que deja a muchas secciones del sur de California con un acumulado de energía sísmica.

La previsión y monitoreo constante de la falla se han convertido en prioridades para los geólogos y autoridades locales. Aunque hoy en día los avances tecnológicos han permitido un mejor entendimiento de los movimientos sísmicos, predecir el momento exacto en que ocurrirá un terremoto sigue siendo un desafío. Por eso, la preparación ante desastres naturales y el diseño de infraestructuras resistentes son claves para mitigar los efectos de un posible gran terremoto.

La Tierra está viva

La Falla de San Andrés es, en muchos sentidos, un recordatorio de que la Tierra está viva y en constante cambio. No es solo una grieta geológica, sino una muestra de la dinámica interna del planeta que constantemente redibuja la superficie. A medida que la población crece en las áreas cercanas a la falla, el trabajo de los geólogos, ingenieros y urbanistas se vuelve cada vez más crucial para asegurar que las futuras generaciones vivan en un entorno preparado y consciente del riesgo sísmico.

La historia de la Falla de San Andrés es un testimonio de la interacción entre la naturaleza y la humanidad. A medida que esta fractura geológica sigue su curso, el "Big One" es solo una cuestión de cuándo, no de si. Prepararse para este evento, tanto en términos de infraestructura como de cultura de prevención, es esencial para salvar vidas y mitigar los daños que podría causar.

Recientemente ocurrió un sismo de magnitud 5.2, registrado el 14 de abril de 2025 cerca de Julian, California, y percibido en varias ciudades de Baja California, está relacionado con la compleja red de fallas del sur de California, en particular con la Falla de Elsinore. Aunque no ocurrió directamente sobre la Falla de San Andrés, este evento refleja la actividad sísmica constante que se genera por el movimiento entre las placas del Pacífico y Norteamericana. La interacción de estas fallas puede redistribuir tensiones en la corteza terrestre, recordándonos la importancia de estar preparados ante futuros movimientos de mayor magnitud.

El 18 de abril de 1906, un devastador terremoto de magnitud 7.9 sacudió San Francisco, dejando miles de muertos y una ciudad prácticamente en ruinas, no solo por el sismo, sino por el incendio que le siguió. Este evento, provocado por un desplazamiento repentino a lo largo de la Falla de San Andrés, es uno de los más significativos en la historia sísmica de Estados Unidos. Muy pronto, el 18 de abril de 2025, se cumplirán 119 años de aquella tragedia, un recordatorio vigente del poder de esta falla transformante y de la necesidad de estar siempre preparados ante un posible "Big One".

Fuentes: National Geographic, BBC News Mundo, Infobae. 


Dennisse Montañez 15 de abril de 2025
Compartir


FILTRO
Identificarse dejar un comentario
a
​​
A 113 años del hundimiento del Titanic: una tragedia que marcó la historia
La historia del Titanic ha sido fuente de inspiración para múltiples producciones cinematográficas y documentales