Dennisse Montañez
En una medida que refuerza la estrategia de seguridad fronteriza de Estados Unidos, la embajada estadounidense en México emitió una advertencia contundente este jueves: ciertas zonas en la frontera sur han sido oficialmente declaradas como áreas de defensa nacional. Esto significa que esos territorios ahora funcionan como parte de instalaciones militares y tienen acceso completamente restringido para cualquier civil.
“Si entras sin autorización, puedes ser arrestado, procesado judicialmente y encarcelado”, fue el mensaje directo de las autoridades estadounidenses. El anuncio fue acompañado por una imagen en la que dos soldados colocan un letrero de advertencia con la leyenda “Área restringida”, dejando claro que estas zonas no son de paso libre, y que ignorar las advertencias puede costar caro.
Además del riesgo legal, la embajada informó que no se permite tomar fotografías, grabar videos, hacer mapas, anotaciones o cualquier tipo de representación visual sin un permiso explícito del comandante a cargo. Esto incluye tanto a ciudadanos estadounidenses como extranjeros.
El objetivo de esta decisión supuestamente, es intensificar el control sobre la “actividad ilegal” que ocurre en la frontera. Este enfoque se ha reforzado desde la administración del Presidente Donald Trump, que promovió una política migratoria más dura y militarizada.
Una de las nuevas zonas militares se ubica cerca de El Paso, Texas, y cubre más de 100 kilómetros de terreno. Esta área ahora está bajo jurisdicción de la base militar Fort Bliss, lo que implica que las normas aplicables son similares a las de una instalación militar activa. 
Adicionalmente, se desplegarán más de mil soldados a lo largo de la frontera sur, con funciones que van desde ingeniería hasta operaciones tácticas y servicios médicos. El plan es tener control total sobre los cruces no autorizados, reforzando una postura cada vez más rígida ante el tema migratorio.
Este anuncio llega en un momento en el que miles de migrantes siguen intentando llegar a Estados Unidos, buscando asilo o una mejor calidad de vida, enfrentándose a políticas cada vez más estrictas y una frontera cada vez más militarizada.
