Dennisse Montañez
Este domingo, el Parlamento de la República Islámica de Irán aprobó una moción que propone el cierre del estrecho de Ormuz, uno de los pasos marítimos más estratégicos del mundo, como respuesta directa a los recientes ataques aéreos atribuidos a Estados Unidos contra instalaciones nucleares clave en territorio iraní.
La resolución fue aprobada en una sesión extraordinaria del Majlis, donde los legisladores debatieron las implicaciones del bombardeo a tres instalaciones: Fordow, un complejo subterráneo altamente fortificado cerca de Qom; Natanz, principal centro de enriquecimiento de uranio del país; e Isfahán, donde se encuentra una planta de conversión de uranio y laboratorios de investigación nuclear.
Los diputados calificaron los ataques como una "violación flagrante de la soberanía iraní y del derecho internacional", y señalaron que el cierre del estrecho constituye una respuesta proporcional ante lo que consideran actos de agresión extranjera. No obstante, la moción requiere aún el aval del Consejo Supremo de Seguridad Nacional, encabezado por el líder supremo ayatolá Alí Jameneí, quien mantiene la última palabra en asuntos de seguridad nacional.
El valor estratégico del estrecho de Ormuz
El estrecho de Ormuz es una vía marítima de apenas 33 kilómetros de ancho en su punto más estrecho, pero de enorme importancia geoeconómica: por allí circula cerca del 20 % del petróleo mundial y más del 30 % del gas natural licuado (GNL) que abastece a economías de Asia, Europa y América. Países como Arabia Saudita, Kuwait, Irak, Emiratos Árabes Unidos y Qatar dependen de esta ruta para exportar su producción energética.
Especialistas advierten que un cierre incluso parcial o simbólico podría elevar los precios del petróleo por encima de los 150 dólares por barril, un nivel no visto desde la crisis financiera de 2008. Los seguros marítimos también subirían drásticamente, afectando el comercio global.
El cierre del estrecho no solo afectaría al comercio energético, sino que podría provocar una respuesta militar de Estados Unidos y sus aliados. El Comando Central de EE.UU. (CENTCOM) ha redoblado su presencia en el Golfo Pérsico, desplegando destructores, drones de vigilancia y unidades navales en posición de alerta. Washington también ha convocado consultas de emergencia con países del Golfo, Israel y la OTAN.
Por su parte, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Irán informó que mantiene diálogo diplomático con Rusia, China, India y Turquía, en un intento por explicar su posición y evitar una escalada mayor. China, principal importador de crudo iraní y árabe, ha instado a la "máxima contención" de todas las partes.
¿Es viable el cierre del estrecho?
Aunque Irán ha amenazado con cerrar el estrecho en múltiples ocasiones desde la Revolución Islámica de 1979, esta es la primera vez que su Parlamento lo aprueba formalmente, lo que representa un giro más agresivo en su postura defensiva. Teherán cuenta con capacidades navales para minar las aguas, bloquear con buques de guerra pequeños (fast attack crafts), lanzar misiles antibuque desde la costa e interferir con GPS y comunicaciones en la zona.
Sin embargo, expertos en defensa advierten que una clausura prolongada podría perjudicar también a Irán, al cortar su propia exportación de petróleo (ya limitada por sanciones), y legitimar una intervención armada internacional bajo el argumento de proteger una vía marítima internacional.
Algunos países del Golfo han comenzado a estudiar rutas alternativas, como el oleoducto East-West de Arabia Saudita que va desde el Golfo hasta el Mar Rojo, pero su capacidad no es suficiente para reemplazar el volumen que cruza diariamente por Ormuz.
La decisión del Parlamento iraní llega en uno de los momentos más delicados de la política regional. El aumento de tensiones en Gaza, los bombardeos cruzados en Siria e Irak, y la rivalidad constante entre Irán e Israel dibujan un escenario de inestabilidad creciente. La aprobación de esta moción, aunque no vinculante por sí sola, envía un mensaje político contundente al mundo: Irán está dispuesto a usar todos los recursos a su alcance para defender sus intereses estratégicos.
En las próximas horas, se espera que el Consejo Supremo de Seguridad Nacional decida si se activa o no la medida, lo cual marcaría un antes y un después en el equilibrio de poder en el Golfo Pérsico.