Redacción.-
Este lunes 10 de febrero, Trump anunció la imposición de un arancel del 25% sobre las importaciones de aluminio y acero, en lo que considera una medida clave para revitalizar la industria estadounidense y reducir la dependencia del extranjero. Argumentó que estos nuevos impuestos protegerán a los trabajadores del sector metalúrgico y evitarán lo que él llama “prácticas comerciales desleales” de países como China y México.
La decisión ha generado reacciones mixtas: mientras sindicatos y productores nacionales celebran la medida como un respiro para la industria, expertos en comercio advierten que podría desencadenar represalias y aumentar costos en sectores que dependen de estos insumos, como la construcción y la fabricación de automóviles.
Este anuncio refuerza el discurso económico de Trump basado en el proteccionismo y el nacionalismo industrial, una estrategia que ya implementó durante su administración entre 2017 y 2021. Analistas políticos consideran que esta postura busca consolidar su base electoral en los estados manufactureros clave para su campaña.