Redacción.-
La marca SHEIN, nacida en China desde el año 2008, ha tenido mucho éxito a nivel mundial por sus precios accesibles y su amplia variedad de productos y tendencias actuales. Sin embargo, detrás del éxito de esta empresa se esconde una alarmante realidad: la explotación laboral de los trabajadores, porque para lograr tener fácil acceso a estos productos y prendas de ropa a bajos costos, que tengan las últimas tendencias y que lleguen rápidamente, se requiere de una producción muy rápida que trae consigo efectos negativos para el mundo y sus trabajadores. A continuación, te contamos todos los detalles que debes conocer sobre esta marca que seguramente ya has comprado.
Informes recientes y algunas denuncias realizadas por organizaciones internacionales, han expuesto las duras condiciones laborales en las fábricas proveedoras de SHEIN. Según investigaciones, empleados en China y otros países trabajan jornadas de hasta 18 horas al día, sin descansos adecuados y en espacios insalubres. Donde solo tienen un día de descanso en todo el mes. A esto se suma la falta de contratos legales y el pago de salarios mínimos que no cubren las necesidades básicas de los trabajadores.
SHEIN ha sido señalada por no cumplir con los estándares mínimos de derechos laborales, especialmente en un contexto en el que la “moda rápida” o el “fast fashion”, ha sido duramente criticado por su impacto tanto social como ambiental. A pesar de las demandas y los llamados a compartir públicamente su cadena de suministro, la marca sigue operando con prácticas que priorizan la rentabilidad sobre el bienestar humano. La empresa cuya sede principal se encuentra en Guangzhou, China, ha utilizado un modelo de negocio que aprovecha la tecnología para captar tendencias rápidamente y producirlas en masa. Esto ha permitido a SHEIN posicionarse como líder en la moda accesible para las nuevas generaciones, particularmente en mercados como Estados Unidos, Europa y América Latina.
Sin embargo, esta estrategia de producción ultra rápida, ha alimentado un sistema de explotación laboral que impacta a miles de trabajadores, la mayoría mujeres jóvenes. Por otro lado, activistas y consumidores conscientes han comenzado a alzar la voz, exigiendo a SHEIN y a otras marcas de moda rápida mayor responsabilidad social y transparencia en sus operaciones. Esta gran problemática con SHEIN genera muchas dudas sobre la responsabilidad de las empresas en garantizar condiciones dignas para sus trabajadores y sobre el papel de los consumidores en apoyar prácticas de consumo más éticas. Mientras tanto, la presión sobre este gigante de la moda continúa aumentando, y su reputación podría estar en juego si no responde a las crecientes demandas de cambio.