Redacción
Cada año, millones de mariposas monarca (Danaus plexippus) emprenden uno de los viajes más asombrosos del reino animal: recorren más de 5,000 kilómetros desde Canadá y Estados Unidos hasta los bosques templados de oyamel y pino en Michoacán y el Estado de México.

Estas áreas, reconocidas como la Reserva de la Biosfera de la Mariposa Monarca, fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2008, y son esenciales para la supervivencia de esta especie que actualmente se encuentra bajo protección especial en México.

Durante el invierno, los árboles se cubren con miles de mariposas que tiñen el bosque de tonos naranjas y negros, en un espectáculo natural que simboliza la renovación y el equilibrio ecológico.
Homero Gómez González: el guardián de las monarcas
Entre los protectores más reconocidos de este santuario se encuentra Homero Gómez González, un hombre que dedicó su vida a la defensa del bosque y la preservación de las mariposas monarca.
Originario de Ocampo, Michoacán, Homero fue primero campesino y maderero, pero pronto comprendió que el futuro de su comunidad dependía de conservar, no de talar, los árboles.

Como administrador del Santuario El Rosario, impulsó proyectos de turismo ecológico y reforestación, y promovió alternativas económicas sustentables para las familias locales, demostrando que la conservación y el desarrollo pueden coexistir.
Gracias a su liderazgo, la tala ilegal se redujo significativamente y El Rosario se convirtió en un modelo de manejo comunitario reconocido por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF).
Su desaparición y legado
El 13 de enero de 2020, Homero Gómez fue reportado como desaparecido.
Diez días después, su cuerpo fue encontrado sin vida en un pozo en Michoacán.
La Fiscalía General del Estado informó que la causa de muerte fue asfixia por sumersión, aunque hasta la fecha no se ha esclarecido completamente el caso.

Diversas organizaciones de derechos humanos señalaron que su labor afectaba intereses de grupos dedicados a la tala clandestina, una actividad que continúa amenazando los bosques donde hibernan las monarcas.
Pese a su muerte, el legado de Homero Gómez permanece vivo. Su trabajo inspiró a nuevas generaciones de ambientalistas y reforzó el mensaje de que la defensa del medio ambiente también es una forma de proteger la vida humana y comunitaria.
La reserva y los retos de conservación
La Reserva de la Biosfera de la Mariposa Monarca abarca más de 56 mil hectáreas de ecosistemas únicos entre Michoacán y el Estado de México.
Sin embargo, enfrenta graves desafíos como la deforestación, el cambio climático y el uso intensivo de plaguicidas, que han reducido el hábitat del algodoncillo —planta esencial para la reproducción de las mariposas— hasta en un 68%.

Organismos como la CONABIO y diversas comunidades locales trabajan para restaurar los bosques, fomentar la plantación de algodoncillo nativo y promover jardines de polinizadores que apoyen el ciclo migratorio de esta especie.
Un llamado a cuidar lo que nos une
Las mariposas monarca no solo representan la belleza y fragilidad de la naturaleza, sino también la conexión entre los pueblos de América del Norte.
Su migración traspasa fronteras, recordándonos que los ecosistemas son compartidos y su equilibrio depende de la cooperación de todos.
Proteger a las mariposas es honrar la memoria de Homero Gómez y de quienes, como él, arriesgan su vida para preservar los tesoros naturales de México.
