Omar Maldonado
Hoy la familia de Hugo Francisco se prepara para recibirlo en su casa ubicada en la calle Carlos Pacheco del barrio “Los Ramos” en el poblado de Ocotepec, de oficio mecánico el joven también conocido como “Pachuco”, falleció el 30 de diciembre cuando junto con su primo Francisco Javier perdieron la vida.
El padre de Hugo, don Mauricio Salinas lo recuerda con profunda tristeza, pero al mismo tiempo con gozo, porque sabe que, aunque sea por unas horas el espíritu de su hijo estará de regreso con los suyos.
Para poder montar la ofrenda con la que será recibido la familia se organiza desde meses atrás y empieza junto con los vecinos y los padrinos de la cruz a cooperarse para poder hacer frente al gasto que significa preparar todo este día de celebración
Una semana antes del “Día de Muertos” en donde fue su hogar se monta una ofrenda previa y el 1 de noviembre antes de las 12 del medio día, la familia se prepara con fruta, pan, mole verde, rojo, tamales, arroz, frijoles y todo aquello que le gustaba a quien disfrutó de la vida.
“Se le pone plátano, pan, manzanas, mucha fruta y el cuerpo se forma con la fruta, las piezas del pan y la ropa con la que se forma el cuerpo son nueva al igual que los zapatos”.
Hugo era muy dicharachero, jovial y gracias a que era muy sociable, la familia espera recibir este 1 de noviembre unas 2 mil visitas a las que se les compartirá por la tarde con pozole, tamales y atole; para la noche durante la cereada se les dará café, té y pan tradicional, lo que representa un costo aproximado a 50 mil pesos.
“Hoy se recibe a la gente a partir de las12 del día con sus ceras, flores y se les empieza a dar un taquito hasta que se acabe; se da pan, café hasta las 2 de la mañana”.
En Ocotepec, al norte de Cuernavaca, el repique de campanas por el “Día de Muertos empieza desde la noche del 31 de octubre para recibir a las almas de los fallecidos y los vivos abrimos las puertas para recibir a la familia viva y muerta.
