Después de varios meses de suspensión debido a amenazas del crimen organizado, Coca-Cola Femsa ha reanudado sus operaciones en la zona sur de Morelos. La medida incluye un protocolo de seguridad adicional: el acompañamiento de la Guardia Nacional durante la distribución de productos en la región.
Esta decisión llega tras un incidente grave en el que cuatro repartidores de Coca-Cola fueron secuestrados en Puente de Ixtla y trasladados a Guerrero. Según reportes, integrantes del grupo delictivo La Familia Michoacana los intimidaron para que la empresa cesara sus actividades en la zona. Como resultado, Coca-Cola Femsa había cerrado una de sus bodegas y suspendido las operaciones en esa área.
Con el regreso de las actividades, la empresa busca garantizar tanto la seguridad de sus empleados como la continuidad del suministro de sus productos en los comercios locales. Sin embargo, la situación de inseguridad persiste como un desafío constante en la región, lo que ha motivado a la empresa a tomar medidas excepcionales para evitar nuevos incidentes.
Este caso pone en evidencia los riesgos a los que se enfrentan empresas y trabajadores en zonas afectadas por la violencia, y resalta la importancia de la coordinación con las fuerzas de seguridad para preservar las operaciones esenciales.